El primer contacto de David fue sin saber si él tenía caso o no. Había leído y escuchado en los medios de comunicación sobre las clausulas suelo y él quería saber si su hipoteca estaba afectada por el tema. Después de examinar la documentación nos dimos cuenta de que, efectivamente, su hipoteca tenía una “cláusula suelo” del 3%.
Aunque su interés debería estar en un 0,93%, en ese momento estaba pagando un 3%. Más de un 2% más de lo que tendría que estar pagando. Sus dudas entonces giraron entorno a las posibilidades de ejecutar alguna acción a nivel legal y sobre la cuantía del dinero que podría llegar a recuperar.
En ese caso, explicamos a David, que nosotros considerábamos el caso de justicia social y que por ello bajábamos nuestros honorarios al mínimo. Puesto que en la mayoría de casos como el suyo y aún teniendo razón el cliente se crea algo llamado efecto disuasorio perverso.
Y eso es que como los clientes tienen que adelantar el dinero de abogados y procurador, los clientes deciden muchas veces no actuar, aunque sea muy probable que un juez pueda darles la razón.
Por eso el banco no deja de actuar de forma ilegal aún sabiéndolo. Porque también sabe que en la mayoría de los casos la lentitud del sistema y el montante del dinero que habría que adelantar en comparación con el dinero a recuperar, hace que los afectados se lo piensen dos veces antes de actuar legalmente.
Con David fue distinto, al bajarnos los honorarios, él no tuvo que pensárselo mucho y actuó. Presentó una demanda contra el banco y finalmente llegamos a un acuerdo extrajudicial con él.
El resultado fue que David recuperó los 10.699 euros que había pagado de más.
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